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  PEQUEÑOS REGALOS: A LA VERA DE LAS PENUMBRAS DE INVIERNO
 

 

EXTRACTOR DE ALMAS
 
Nadie conoce el cuerpo real del alma. Yo sí. Encontré la forma precisa de extraerla, lo logré de manera fortuita con una de mis invenciones. Sin importar la forma, la casualidad me dice que obtuve lo que nadie jamás pudo. Algunos amigos se burlan y me llaman “científico loco”. 

Aún así, demostraré que mi invento es lo más trascendental creado por hombre alguno para la humanidad. La sacaré ilesa de mi cuerpo. Al comienzo estuve preocupado, temí quedar transparente; por ello, descendí hasta la oscuridad de mi Arca Sagrada de Bambú y a solas lo intenté infinidad de veces hasta lograrlo. Ya la conozco, sé su dimensión y forma exactas. He superado a Einstein, también a los demás inventores, alquimistas, magos y exorcistas. Antes de mí, todo era hipótesis al respecto, teorías inexactas, ambigüedad sobre su existencia o inexistencia, dogmas ilusos predicaban supuestas verdades. Ahora todo lo refuta o lo afirma mi Extractor de Almas. Respecto de la mía, él sabe cómo anudarla, halarla y ubicarla precisa donde le ordeno.

Mi alma parece muda pero hablará, trataré de dialogar con ella. Muchas preguntas surgirán para cuestionarme, las responderé en absoluto, paso a paso, deben creerme, por respuesta obtenida, respuesta entregada. Por ahora les diré que ella no es amorfa como pensamos. La de cada quién tendrá su propia forma, tal vez su propio color, traslúcida, opaca, irisada. Serán almas de policromías inefables, expresiones variadas, lecturas inherentes, lenguajes universales, serán también incoloras, para algunos gaseosas como las nubes, palpables como el aire, sentidas como el amor, traten de cavilar un rato. El enigma será descifrado cuando cada hombre compre, utilice y se beneficie del Extractor. 

<<Los irracionales no tendrán Extractor, según afirman, ellos no tienen alma>> De fuente cierta, la explorarán. Al final será tan común que la humanidad se duplicará, por doquiera se hallarán dos cuerpos en la senda: cuerpo del hombre, cuerpo del alma. Cada cual irá con ella a todas partes y deberá responder. Los ebanistas no tendrán reposo fabricando camas porque se adicionará una en cada habitación; por lo tanto, la arquitectura también cambiará. Nada es igual cuando caminan asidos de las manos dos mundos paralelos y ocupan simultáneamente dos espacios. 

El alma masculina conquistará y amará al alma femenina. Mi alma amará al alma de mi amada. Tal vez mi alma tenga el placer de conquistar y de amar más almas femeninas que yo.
-Alma mía, será la última vez que el Extractor te sacará de mí a solas y a oscuras. Me prepararé para el primer episodio con el público del mundo. Verás la luz del día y serás palpable como el corazón mismo de la tierra. 

Serás famosa, las cámaras de la televisión pasarán repetidamente tu verdadera imagen, serás estrella de cine, serás patrimonio global, archivo y base de todos los documentales, pinturas y esculturas se diseminarán por museos, casas de cultura y prestigiosas galerías. Tú tomarás la importancia que nunca he tenido, la verdad es que nadie recordará a Wilson “Willy” Caetano, pero a ti nunca te olvidarán, jamás alguna génesis dejó de ser primera. -¡Por favor háblame ahora!.
-¡Zszszszszszszszszszszszszszszszsz!
-¿Qué dices? No te entiendo. Sé que sufres. No logro comprenderte. Me entristece compadecerte. Parece que hablas en silencio, que estas llena de palabras mudas, que tus oraciones son para otros oídos.
-“Autoridades de todo el mundo, científicos, religiosos, historiadores, escritores, escultores, pintores, medios de comunicación y periodistas, señores, señoras, ancianos y niños, a todos los que vienen desde los más lejanos rincones: será esta radiante mañana la más fundamental de la historia universal, en buena lid se parte en dos la epopeya racional para bien o para mal, espero sea lo primero. 

Pocos instantes faltan para que ustedes conozcan el alma. La captarán totalmente, tendrán una obra tridimensional: tocarán su cuerpo, mirarán su espíritu, oirán su voz y además como premio obtendrán generosamente El Compendio de la Vida, sea para la leyenda o la realidad. De hecho, la primera será la mía y sucesivamente cada uno tendrá su legitima oportunidad de encuentro y podrá verse no en un reflejo supuesto, ni en una imagen vaga que se esfuma como la del espejo, tampoco en un clon de carne inyectada y piel curtida en laboratorio, sino que ante la primera mirada se entrelazarán lágrimas no virtuales, sentimientos de conmoción surgirán ante los abrazos inevitables, ternuras nuevas se plasmarán sobre los rostros que por primera vez se hallan. Así será”.
-Alma mía... sal ahora, hazlo ya. Demuéstrame que tú también tienes alma. Hazme caso, por favor atiende al Extractor, sé buena, no me hagas quedar mal ni en ridículo.
 
-No griten, de ninguna manera es un fraude. Dejen de perseguirme, ya no puedo huir más. Anoche hablé con ella y susurró para decirme algo, lo juro.
Malditos barrotes que me impiden salir de éste miserable calabozo, espina que hiere mis poros, grilletes que eliminan mis pies, tinieblas energúmenas que coartan mis pasos, espacio reducido que derrumba por completo mi libertad, estoy prisionero, cercaron mi cuerpo, mi alma, mi espíritu, pero aún tiro mis restos, aún quedan mis pensamientos intactos y mis soledades perfumadas de impotencia.
-¡Alma bendita que teme a la claridad! Eres nocturna, arcana y ermitaña. Eres terca y no me haces caso. Por ti padezco y no te culpo. Tú sabes con certeza lo que pasó. Un códice que cayó de tus manos cuando trataste de mencionarme algo, dice que solamente saldrás de día cuando yo tenga aureola de recorrido eterno y esté frío como un garrote de acero.
Preso mas no muerto, después mis brazos se extenderán cual las alas de Ícaro, entonces en la oscuridad de mi Arca Sagrada de Bambú, ustedes querrán testificar con veracidad a cerca de lo que ahora consideran espectro; sin embargo, a pesar de tanta incredulidad, revelarán los resultados óptimos obtenidos por el Extractor de Almas.
 

 



METÁFORA EN EL ESPEJO DE JANNA

La hora meridiana hizo lento el recorrido diario, parecía no llegar a la esquina donde empieza el camino real de la tarde. Vagabundos aquelarres sin dueño y estallidos de confrontación de la brisa con la lluvia, iluminan la taciturna pantalla callejera. El filme irreal y melancólico de violeta y magenta es carcomido por el vapor que caprichoso se levanta del piso y las nubes que caen. Imbuida por completo, Janna mira el espectáculo húmedo y sombrío a través de la ventana, con el pensamiento recostado entre la división precisa de su propio lar y el firmamento; entre tanto, el claroscuro vespertino entra y deja atrás el aguacero para que se golpee dolorosamente contra los vidrios enmarcados y las paredes frías. 

Ella se humedece con el ambiente, es ahora una mujer húmeda. Húmedo rostro, húmedos labios, húmedas emociones, húmedos recuerdos, húmedos sueños. Cuanto más húmeda más hermosa. Empapada de nostalgia evoca con ahínco su lejana Ucrania. Con delicado fervor trasciende y transporta con su mente llena de espíritus anclados en el olvido, los torrentes que se siembran sobre Bogotá y los lleva hasta su inmortal Kiev. Enajenada, “bello ente”, perdida en si misma, ambula por su patria amada y permite que las gotas recias y continuas castiguen con furor su cabeza y sus hombros, es para ella el suplicio más delicioso. Dentro de Janna la fiebre arde, las venas de sus brazos son las venas irisadas del Dniéper, de su boca emergen sílabas que atiborran los vagones de los trenes que vagan como su ser, por el sur estepario. 

En la sala de su residencia la música suena tenue y la danza palpita como un cisne en ballet navegando su cuerpo de nieve.
Las altas horas de la madrugada llevan en sus brazos hasta la alcoba a la extenuada Janna. Dormida en el lecho, entre el sosiego de su rostro se pierde la dama vivaz y nostálgica, espontánea y perenne, tierna como un pétalo inmaculado, generosa como la tierra donde brotan los manantiales y las selvas; lentamente su rostro recupera temporalmente una galaxia donde nacen pequeños paraísos. Como ella, la lámpara y el perchero entrecierran los ojos para dormitar e ir en la búsqueda de un nuevo día.

Aquella tarde, aquella noche, en un mismo lugar, no solamente fue el acto de Janna, fue también un mundo de percepciones vivas, de sensualidad y de sensibilidades aprehendidas. Un espejo de cristal biselado, encerrado dentro de un marco de madera, estilo bergere, color caoba, acostumbrado a captar por completo a la solitaria danzarina, a la bailarina inigualable, ágil y rítmica cascada de movimientos perfectos y claros como la luz penetrante de sus ojos grandes e infinitos, inefables como ella, se apropio de motivos suficientes para establecer una captura. 

Capturó de la dueña la dinámica de su físico, también sus gestos, sensaciones y sentimientos. Por y para ella siente y vive como Janna, sin dejar de ser simple espejo; es más, percibe antes y vive con intensidad cada acción. Si el espejo pudiera captar su propia imagen lo verían bailar, reír o llorar. –“Si el espejo de Janna pudiera contarle a Janna...”- El espejo bergere de cristal no es frío objeto pegado a la pared, aunque para vivir es ser inherente de otro ser, no deja de ser un ser.

El espejo de cuerpo entero es un testigo mudo que vive feliz por la felicidad de Janna, recientemente desposada por un escritor sin prestigio que logró filtrar los rayos de sus ojos que encandilan... que emergen de sus pupilas y penetró su corazón de fuego como se invade el núcleo del sol.

El espejo de Janna es un joven dandi que a gritos guarda silencio... Está envuelto en fino papel regalo de tal manera que parece un ángel desprotegido que por frágil caerá del cielo. Van a Ucrania.

En aquel país, el escritor sin nombre todavía, sueña, escribe y ama. Nunca creyó que algún día llegaría a estar muerto de amor. Está muerto... muy muerto, por causa de tanta felicidad. Ella ejerce la medicina en una prestigiosa clínica de su patria y es catedrática de la II Universidad Estatal Tashkent de Uzbekistán que un día la vio graduarse. Allí dicta sus clases de lunes a miércoles.

La internacional galena no está en casa este domingo. Partió a Odessa y allí, salió desde los primeros rayos a pasear por los astilleros. Impecable exhibe un vestido hecho a la medida de su figura sin par y sin poder evitarlo atrae todas las miradas. 

En casa, el espejo y el escritor, miran a través de la ventana el torrencial aguacero que parece sembrarse de manera eterna sobre Ucrania entera. Con el alma empapada sienten nostalgia por la lejana Colombia. Sus pensamientos transportan trenes desde el sur estepario al Sur de América. Entre vagones, (cual dos polizones: un escritor y un espejo) dos pasajeros felices que nadie ve, empapados, llenos de vaho y escalofrío tibio, tiritan y recorren las calles de la Bogotá inolvidable.

 
  Copyright: JESUS MARIA STAPPER  
 
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